lunes, 6 de junio de 2011

Y me dirán que te marchaste, que te cansaste ya de esperar...

Hubiera cambiado todas las estrellas del cielo por desabrochar los botones de su camisa. Le hubiera gustado hablarle de la injusticia de sus pensamientos, del egoísmo de los miedos y el valor de los abrazos.
Pero le faltó valor y se perdió entre la muchedumbre...


Él no volvió a llamar y ella cogió ese tren que la llevaría a Nunca Jamás por un tiempo; con la cabeza bien alta y los pies en el suelo, porque de recuerdos no se vive y hacía mucho que se había entregado al Tiempo para que este tomara las riendas de su vida...
y su vida no era mas que continuos círculos.
Y él volvería como vuelve mayo al calendario...sembrando alegrías y desconciertos.

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