lunes, 31 de diciembre de 2012

2012

Me conformo con seguir siendo parte de la vida de todos y cada uno de los que me rodean, en más o menos medida, eso poco importa (o así me lo han querido enseñar los años). Lo importante es seguir estando ahí...el cómo...tenemos 365 días de aquí en adelante para cambiarlo o dejarlo igual; en cualquier caso, no hay que perderse.
A mí me gustaría no perderme nada del 2013 (y eso que algún que otro acontecimiento importante me va a pillar en la distancia) pero igual, estaré ahí de una u otra manera.


No hagamos propósitos de año nuevo, hagamos propósitos de día nuevo y tomemos el 1 de enero como referencia para levantarnos cada día y luchar contra la parte de nosotros mismos que queremos cambiar. Creo que sólo así podemos cambiar a mejor también lo que nos rodea.
Personalmente, este día me inspira tristeza, siempre siento más nostalgia por lo que se va que deseos hacia lo que viene, pero como venir tiene que venir de todas formas, vamos al lío.


Feliz entrada de año a todos, y felices 365 próximos días.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Come, reza, ama


“Muchas veces, perder el equilibrio por amor, es parte de vivir una vida con equilibrio”

                Al final, he llegado a creer en algo que yo llamo “la física de la búsqueda”: una fuerza de la naturaleza que se rige por leyes tan reales como la ley de la gravedad. La regla de la física de la búsqueda viene a decir algo así: si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuele, lo cual puede ser desde tu casa hasta viejos rencores y embarcarte en un viaje en busca de la verdad, ya sea interior o exterior…y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine y a que todo el que te encuentres por el camino te enseñe algo, y si estás preparado sobre todo a afrontar y a perdonar alguna de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad, no te será negada. 

viernes, 28 de diciembre de 2012

Echando la vista atrás (II)

Nunca tuve el mar tan cerca...encontrándome tan lejos.
Nunca estuvo el agua tan dulce y caliente, y nunca temí perder el conocimiento entre el vapor.

Volvería a perder el sueño y con él la razón, el darme cuenta de la ausencia.
Volvería a atragantarme con mi propio corazón con tal de que el mar volviera a envolverme.
Me hirieron las rocas, me acariciaron las olas y me dejé arrastrar.

Y al final... me llevó a la orilla. Y corrí, corrí todo lo que pude para intentar romper ese embrujo.
Pero no debió funcionar, porque aún sueño con él todas las noches.
Parece llamarme y yo, que no quiero que se olvide de mí, le cuento que volveré
sin que me importen los pies que paseen por su orilla:
me vale saber que estará ahí, para cuando quiera perderme otra vez.

domingo, 23 de diciembre de 2012

PDZ

Qué pequeños,
qué estúpidos
y qué egoístas.
Y por qué no decirlo,
seguramente yo más que nadie.

Pero te quiero
y aunque no esté estoy.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Perdón.

Con la tontería del fin del mundo puede que todos hayamos hecho un pequeño balance de nuestras vidas últimamente. ¿No? Bueno, pues yo sí.

Si al final se acaba el mundo en unas horas nadie podrá leer estas líneas, pero aquí van:

hoy quiero pedir perdón. Quiero disculparme con los que en estos últimos días me han puesto morros cuando he dicho (o sugerido) que me costaba dejar Praga y que no he estado bien de ánimo y no era precisamente por echar de menos mi país natal.
Creo que por muchas frases enrevesadas que se me ocurrieran para plasmar aquí, no hay palabras posibles para expresar que aquí he sufrido un cambio.
"El Erasmus te cambia". No sé, no me siento una persona distinta, lo que han cambiado son mis percepciones de las cosas. Había asuntos de mucha importancia que ahora no la tienen, había cosas que no valoraba y que ahora bien valen su peso en oro y eso, amigos y familiares, es algo que sólo se puede saber cuando se vive en primera persona, cuando uno cambia de ciudad solo, donde no conoce el idioma, no conoce a nadie y, lo que es más impactante, cae en la cuenta de que tampoco se conocía a sí mism@.

Lloré las dos primeras semanas de septiembre. Estaba realmente perdida. Me encontré con demasiados cambios para los que creía estar preparada y por supuesto no lo estaba. Después, consciente de la importancia de relacionarse con la gente y no "quedarse atrás" fui formando una familia.
Familia...qué palabra tan grande. Pues sí, así es y lo siento una vez más por los que de verdad comparten carga genética conmigo, pero todas y cada una de las personas que me acompañan o me han acompañado aquí estos tres meses han sido al mismo tiempo amigos, familiares, novios, novias, primos, primas y vecinos varios. Nos hemos tendido las manos los unos a los otros porque no teníamos nada más a lo que asirnos, nos hemos sacado la sonrisa en los días que no queríamos vernos a nosotros mismos, hemos compartido cervezas, cigarros y problemas.

Por eso, ahora que ha llegado el crucial momento de decir "hasta luego" o "hasta siempre" en otros casos, la tristeza me está ahogando. Paso el día esperando que llegue el momento de encontrarlos, para pasar riendo (y aprendiendo) esas noches que nunca queremos que acaben aunque nos pueda el cansancio, a pesar de que por dentro me estoy quedando vacía cuando pienso que algunos ya no estarán cuando yo regrese en enero. Eso es una familia. Esta es mi familia y además, la prueba que demuestra que el tiempo no es un factor crucial cuando se refiere al trato entre las personas, que podemos no tener relación con un amigo de toda la vida, que puede ser nuestra vida un amigo con el que apenas hemos tenido relación.




Ahora, mi cabeza pide descanso. Tiempo para pensar, reflexionar, estar en España, como no, con mi gente, los que espero nunca duden del amor que siento por todos y cada uno de ellos. Ese amor es precisamente el que me ha dado licencia para decir: "Estáis ahí". Por eso, perdonadme si ahora me quiero comer la vida, porque puede que se acabe el mundo mañana, o peor, que no se acabe y nos lo carguemos nosotros, pero esta que aquí escribe hoy tiene una sensación de melancolía aunque pintada con una sonrisa, porque sus días hoy por hoy, son un regalo que el tiempo no puede robar.






Si al llegar no soy la misma chica que se fue, por favor decídmelo,
pero sobre todo, perdonadme.

martes, 11 de diciembre de 2012

Hoy tengo uno de esos días en los que necesito escribir para arrancarme las emociones, que diría muchas cosas pero no encuentro la manera de darle forma al contenido.

He pasado por uno de esos momentos de ahogo... es como si hubiese un dolor fantasma...ese que dicen te da cuando has perdido un miembro y el cerebro sigue pensando que está ahí; algo más o menos así me pasa. Me falta algo que sin duda oxigena mi cerebro y me da vida. Algo que me ahoga porque no está...

La verdad es que la atmósfera ha ayudado un poco; caminaba hacia un concierto de navidad en una iglesia y me he visto obligada a atravesar una calle que sólo estaba iluminada por el rojo cielo de nieve, y en la que he compartido trayecto con la pared de un cementerio, donde de cuando en cuando podía a través de las verjas ver las tumbas cubiertas de nieve y las velas encendidas (Trayecto tachado para próximos eventos).
En definitiva, cuando al fin he vislumbrado la iglesia me ha dado por pensar, "María (porque yo cuando me pongo seria me llamo por mi nombre), así es la vida en realidad... miedo, oscuridad, puede que sensación de llevar a alguien siguiéndote en determinados momentos (broma) y luz al final del túnel".



¿Problema? No estabas al final del túnel.
No te encuentro últimamente aquí a mi lado, no te siento.
Sigo esperando una señal.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Insomnio

He empezado la semana demasiado temprano.

Me he levantado considerando la posibilidad de que a medida que avanza el tiempo nos enamoramos con mucha menos intensidad, parece que sentimos menos y que ser correspondidos o no, poco importa, porque todo eso queda tapado bajo esa vida tan ajetreada que llevamos... bajo nuestra familia, nuestros amigos, una cena, una noche de fiesta o un viaje.

Después he caído en la cuenta de que me equivocaba otra vez. No amamos menos, ni de distinta manera. No nos hacemos de piedra ni nos resbalan las cosas.
Simplemente... somos un poco mejor mentirosos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Echando la vista atrás (1)

Había olvidado que hace una semana corría desquiciada por la habitación debatiéndome entre qué modelito elegir para la salida de esa noche y terminar la exposición que tenía que hacer en clase al día siguiente.
Había olvidado que al final la noche fue perfecta, que el modelito poco importó; que las risas, los abrazos y los besos no faltaron y que gracias a todo eso, ahora no puedo olvidarte.

Me había olvidado de todo... menos de ti, que estarás siempre conmigo, aunque se empeñe la distancia en decirme lo contrario.




P.

lunes, 3 de diciembre de 2012

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Y a lo mejor la espina es la supervivencia de la rosa,
y a lo mejor la herida sangra para advertirme del dolor...

Cómplices.