Me he permitido el lujo de "interrogar" a este gran tópico para reforzar la idea de que la vida nos pone muchas veces en la tesitura de elegir.
"Elije una vida, elije un trabajo...."
Yo no me arrepiento de ninguna de mis decisiones y quizás por eso hoy me encuentro donde me encuentro: diciendo adiós.
Digo adiós a una vida de tres años para empezar una página en blanco que espero ir llenando con nuevas risas, lugares y personas....y lo cierto es, que todo lo que a simple vista parece ser muy positivo me va a dejar un gran dolor por ahora, una sensación amarga del que se va, y lo que es peor, se va preguntándose si ha hecho todo lo que estaba en su mano para que lo que deja atrás esté bien, en orden, en paz.
Yo estoy en paz. No es como soñé...o quizá sea que nadie me dio mucho tiempo para prepararme para ese momento...pero sé, como he sabido siempre, que hay personas que siempre van a estar ahí y me van a acompañar en mi nueva etapa, aunque sea desde la distancia.
Aquí se cierran casi tres años de escritos unos con más sentidos que otros, para dar paso a nuevas percepciones: a lo que será una vida contada desde Praga.
Pero antes...vacaciones.
Me alegro, como he dicho otras veces, de contar a mis amigos con los dedos de una mano, porque al menos sé que esa mano, puedo meterla en el fuego.
*Ella siempre había sido una persona que dice lo que piensa sin achantarse ante nada ni nadie y eso por supuesto le costó muchos quebraderos de cabeza, alguna ruptura y también sus mejores amistades. Ella era clara o al menos llevaba la claridad por bandera, cosa que le daba pie a innumerables párrafos mentales en los que imaginaba una y otra vez qué diría o cómo se enfrentaría a cada situación. Pero ese día algo falló; un mecanismo, un resorte una tuerca o simplemente una jugarreta del destino hicieron que los acontecimientos se alejaran demasiado de lo que ella había soñado o al menos creía justo: poder decir lo que pensaba, lo que sentía, sin recibir nada a cambio que la atención del receptor y al final, si tuviera hueco, quizás un abrazo.
Y no fue así. Alguien se adelantó a lo previsto, descolocó el guión, se saltó unas páginas y dijo cosas que ella nunca querría oír, no en un día como ese, al menos. Eso la destrozó y descolocó. Eso le hizo pensar que el receptor no merecía más atención, más miradas o más interlocución. Eso la llevó a querer olvidar y la arrastró a dónde los nuevos comienzos son forzosos porque ya no queda nada por hacer...
pero también a la tranquilidad de saber que si por ella hubiera sido las cosas distarían mucho de la realidad. Serían de otra forma... o no.
Sea como fuere se fue, casi corriendo, a encontrarse con su nueva vida. Y se abrazó a ella.
Y prometió que jamás la olvidaría.
"Hasta siempre".
Buenas noches.
El simbolismo de la mano elegida puesta al fuego sin temor, me ha encantado... dice tanto.
ResponderEliminarExcelente.