Será difícil ubicar mi cabeza de nuevo; más difíciles son los días en los que me encuentro inevitablemente coja…
Hace demasiado que dejé de creer en las casualidades. Los acontecimientos vienen provocados, o más bien propiciados, porque una serie de elementos convergen en un momento determinado… pero lo cierto es que de una forma u otra, lo buscamos.
Y todo aquello que se busca se puede evitar. Este no es un mundo de santos… pero al menos pueden taparse las cosas: últimamente mi filosofía se basa muchísimo en la “ignorancia”, ¿No somos más felices ahí?
No sé qué tiene que pasar para que pueda volver a meterme en la cama pensando que no puedo estar sin ti y que perderte sería uno de los grandes errores de mi vida, porque hoy por hoy estamos bastante perdidos.
El que juega con fuego se quema, ¡Qué nos van a contar a nosotros!
Así que aquí estoy. Sentada al filo de mis pensamientos. Digo sentada porque no tengo intención de incorporarme por ahora. Porque no me quiero atropellar, porque no quiero decidir.
Momentos de observación, de mirada contemplativa.
Ya que hoy por hoy no puedo saber lo que es bueno y lo que es malo, por lo menos dejaré que cada día sea único y cada momento una enseñanza, que los hechos me ayuden a vislumbrar y el tiempo a curar, despacito y con amor.
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