miércoles, 27 de abril de 2011

Y es que después de la tormenta...

Pues después de la tormenta volverá a salir el Sol, porque bien es sabido (y mira que de pequeña lo ponía siempre en duda) que no llueve eternamente; que los problemas se marcharán y volveré a reír, sabiendo que es inútil hacer mías las situaciones que no me convienen, que no van conmigo.

Después de la tormenta guardaré el paraguas, pero como siempre, cerca de la puerta, pues volverá a llover. A veces mucho, a veces muy poco... pero lloverá, haciendo que los que más saben o creen saber vuelvan a errar con su pronóstico de sequía.

Después de la tormenta saldremos a pasear, a hacer unas compras y a tomarnos un café en esa mesa del rinconcito. Quién sabe, quizás podamos volver a aquella callejuela solitaria que vio nacer unos besos.


Qué relativa es la tormenta. Da miedo, pero es bonita. Después, huele a humedad,
así recordamos que ha llovido; sin embargo, también podemos ver el arco-iris.


Tormentas de verano, de otoño invierno y primavera. Tormentas negras húmedas y secas. Tormentas necesarias para la tierra.




¿Cuándo dejará de llover en mi cabeza?




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