Decía que quería un chico alto en su vida.
Quería un marido que tuviera que contar a sus hijos lo mucho que tuvo que luchar para ganarse el corazón de la que hoy era su madre.
Una casita rústica para despejarse, libros hasta aburrir.
Quería que le temblara el corazón al verlo; que sus ojos se iluminaran; deseaba explotar la juventud para tener muchas cosas que recordar.
Un año más, Criptana.
Ver a papá en el escenario, aplaudir y que se me caiga una lagrimilla. Esfuerzo y dedicación.
Las ilusiones de cada persona, no tienen precio.
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