y hoy he confiado en mí; he sonreído al recordar lo mucho que te conozco y que puedo leerte sin que te dejes. He recordado que los años de camino desde que te conociera han sacado cosas de mí que yo nunca imaginé y me he sonrojado al repasar miradas que han hablado más sabiamente que las mil tonterías que nos decimos a lo largo de un día...
hoy me he perdonado por quererte, porque nadie es perfecto.
Sin duda, nadie lo es.
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