Madrid, nuestra capital.
Esa ciudad tan bonita a veces infravalorada por parte de unos manchegos que por creerla cercana no se paran a descubrirla en profundidad. Creo que haré visitas algo más asiduas a Madrid próximamente, simplemente, porque perderme sola entre sus calles y paisajes, en su Retiro y mi retiro, me ha traído recuerdos de la vida que Praga me enseñó: la vida del autodescubrimiento. En ella aprendí que estar perdido sin un mal mapa en la mano hace valorar mucho más las llegadas.
Hoy estoy contenta porque Madrid me ha devuelto a mí.
Hoy estoy contenta porque Madrid ilumina los ojos de alguien indispensable; alguien que subido al escenario, consigue demostrar una y mil veces que los sueños, se pueden cumplir.
Sólo hay una cosa que no te perdono, Madrid: que tú también me lo recuerdes ...
miércoles, 31 de julio de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
Fantastic Shine
Hoy por hoy cuento con la desgracia de no ser feliz
en el sitio que toda persona lleva siempre en el corazón no importa dónde o
cómo se encuentre: su propia casa. Diversas circunstancias provocan en mí un
desasosiego que me lleva a pretender la huida: quizá porque los eventos me
agrian el carácter, quizá por la infinita tristeza que conlleva ver a los
pilares de tu vida destrozando el mejor episodio de las suyas. Sea como sea,
hoy pienso en la frase “Los amigos son la familia que nosotros elegimos” y
asiento involuntariamente al saberme rodeada de personas sin cuya sonrisa todo
este cuento llamado vida carecería de sentido. Y es por eso que, a pesar de mis
ganas de irme, a pesar de la necesidad de un resquicio de luz en un túnel que
empieza a ser algo tedioso y difícil, y sobre todo a pesar de que el cuerpo me
pida marcharme y vivir sola, no me olvido de ninguno de ellos.
Ni de ti.
miércoles, 10 de julio de 2013
A mis Yos
Hoy recuerdo, no sin
cierta añoranza, a una niña que conocí. Recuerdo su timidez, sus gafas y su
risa, pero sobre todo recuerdo que a la temprana edad de nueve años se propuso
firmemente convertirse en una “profe” de inglés.
Muchos y variados años
han pasado desde entonces. De poder volver al pasado, esa niña no creería las
historias que hoy podría contarle sobre cómo iba a cambiar su vida, cómo con el
paso del tiempo, al igual que al resto, la vida la posicionaría en una serie de
valores y principios que harían de ella un proyecto de persona de provecho.
Creo también, sin ninguna duda, que el mejor consejo que podría darle hoy es
que no creciera, aunque eso es tan imposible como volver a ver a esa niña:
porque no se puede volver atrás, porque esa niña soy yo, y porque ya han pasado
muchos años.
Ayer me sorprendí
releyendo un texto que databa de 2009 en el que escribí: Los recuerdos son tan inalcanzables como algunos de nuestros sueños.
No pude evitar sobrecogerme al recordar la pasión y la fuerza que movían
aquellos escritos, ahora impresos y guardados en un cajón, con la misión de
traer recuerdos cuando el cuerpo pida una dosis gratuita de nostalgia. No pude
evitar sonreír y pensar que muy poco ha cambiado desde entonces.
Y ahora, en esta precisa
tarde, he recordado a la niña que creció, vivió y llegó hasta el
momento presente. A la chica de 2009, que desarrolló el gusto por la escritura
con una pasión algo ilícita. He recordado los sueños, ahora más que nunca, a
unas horas de poder ser lo que más he querido ser en la vida: una filóloga.
Ambición y corazón se mezclan para provocar algo muy bonito: que ellas no hayan
desaparecido. Que llenen esta etapa, con una simplicidad de vida que echaba de
menos. De momento no necesito más.
lunes, 8 de julio de 2013
jueves, 4 de julio de 2013
Vis a Vis
Para dejar por escrito que no voy a abandonar...
y ponerle sangre al grito, de los que aman sin poder amar.
y ponerle sangre al grito, de los que aman sin poder amar.
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