Hoy pediría un abrazo reparador. Un abrazo para desquitarme de la fuerza que sale de mí cuando alguien a quien quiero pierde la suya. La fuerza que impulsa a dejar el descanso y unirme a la batalla; ese movimiento imperceptible del corazón que aunque agotado, se aferra a la vida, al suave movimiento de los pulmones, al oxígeno, a la ilusión que ahora es un recuerdo. La fuerza de las tardes que parecen perdidas, los anocheceres sin ganas, la falta de sueño. Tener sueño y tener sueños, la importancia de un plural. Una ese que de caerse arrastraría con ella los proyectos por cumplir, el empeño y los pasos que a pesar de ser pequeños perfilan un sendero de bienestar futuro. La decisión, la claridad de ideas... perderían su sentido de no ser por la fuerza, pequeña fuerza, que pinta, una S en nuestras vidas.
Una S plural. Una S de SIGUE.
Hoy pediría un abrazo reparador, y dejaría caer todo lo que siento, a cambio de sentirme pequeñita por un momento.
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