¿Qué sería de mi vida sin el misterio? Sin la intriga… el desasosiego y esos nudos de estómago. Pero sobre todo me pregunto qué sería mi vida sin ti. Hemos vivido tanto…
No es fácil ser testigo de una unión tan fuerte, en la que dos personas son una, no físicamente, sino en las sensaciones y sentimientos. Hemos caminado con destinos muy distintos pero pasando por las mismas piedras…los mismos baches…y los momentos de coincidencia nos han valido para cogernos de la mano…así, ya que tropezarse estaba asegurado…sabíamos que no habría caída.
Qué duro fue perderte. Qué duros aquellos años… recordando tardes de sol, sentándonos a descansar, riendo para no pensar que aún quedaba mucho recorrido…
Los baches eran más profundos, la lluvia calaba hasta los huesos y el Sol no me dejaba ver las flores…
Pero siempre he dicho, siempre diré (y siempre por suerte o por desgracia compruebo en mi piel) que las cosas se dan la vuelta, todo vuelve; la vida en sí, no deja de ser un círculo… los acontecimientos te visitan otra vez… las personas se vuelven a encontrar, las oportunidades se repiten…y si alguien tiene que quedarse en tu vida, se quedará por muchas complicaciones que se presenten…
Y por eso volviste. Por eso volvimos. No hace falta que hablemos rápido para explicar lo que en otro tiempo no pudimos. Sólo mira al horizonte…y verás todo el camino que queda por andar y todas las cosas que nos podremos contar.
Ahora el aire parece más puro. Así que prométeme que si tomas un desvío sea momentáneo…que al final de la curva nos volvamos a encontrar…y sobre todo, dime que llegaremos al mismo tiempo.
Siempre tuya. Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario