Los proyectos se construyen sobre el terreno de la ilusión, y lo cierto es que a pesar de que los años nos hacen ser mejores arquitectos, seguimos siendo tan ilusos de construir encima de un material sugestionable y mortal.
Los cimientos son rápidos y los puntales sujetan lo que se asemeja un poco a nuestros sueños. Poco a poco, las paredes cogen revestimiento y color...los problemas vendrán al decidir qué tipo de luz, calefacción y decoración queremos para esa utopía. Si todo ha salido según los planos establecidos, no habrá ningún problema en caso de derribo de la ilusión; nuestra casa estará preparada para sujetarse sola porque lo más importante ha pasado, y el esfuerzo que ha costado es suficiente razón para no colgar el cartel de venta.
El problema es que existen los miedos. Miedos en forma de fugas, cortes de luz, brechas en las paredes y goteras en el techo. Los miedos son como piedras, tienen la misma capacidad para construir y para destruir.
Francamente, mi casa se tambalea.
Me gusta la comparación de las piedras con el miedo. De hecho, tirarse piedras sobre el propio tejado no es más que el miedo que nos impide hacer las cosas que queremos ;)
ResponderEliminarExcelente metáfora constructiva, y lo peor de todo, la actual crisis del ladrillo. Volvamos a las cabañas, cobijan igual y no son tan complejas de edificar
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