Si tuviera una maleta en la puerta, no muy grande, con mis cosas más esenciales, y un billete de avión en la mano para irme a un sitio si no paradisíaco al menos perdido, para no volver más...
entonces y sólo entonces,
callaría bocas, diría verdades, quizás heriría con mis palabras...
pero ciertamente,
me quedaría en paz.
P.D: ¡Han vuelto las canciones!
Una cruda decisión, no el no callar (que es posible), sino el no volver. Mejor queda en paz buscando otra alternativa menos crítica.
ResponderEliminar