viernes, 18 de febrero de 2011

He roto nuestra baraja . . .

Me encuentro tranquila, confiada y pacífica. Estos últimos días he andando algo distante, algo fría, desconcertada. He visto cosas que no me han gustado, que me han desencantado, que me han hecho no sentir nada; por otro lado, como siempre la eterna moneda de las dos caras, he visto cosas tan asombrósamente desconcertantes, chocantes y con reminiscencias de un tiempo pasado que han mantenido mi sonrisa a pesar de todo.

Es cierto que en ningún aspecto de mi vida soy partidaria de la teoría "quedarse quieto y verlas venir", pero esto también tiene sus matices; es decir, existen momentos en los que, cuando las cosas van relativamente bien ( al menos con una sensación de paz consigo mismo) sí que apetece salir a tomar el sol al patio de nuestras emociones. Sí que dejan de tener importancia asuntos pequeños, esos que antes nos atormentaban.
Vuelvo al principio. Esta vez me siento más segura de mí misma que nunca, de los potenciales. Suena tan absolutamente egoísta como real: he aprendido a centrarme un poco más en mis necesidades, a no dejarme llevar tanto por problemas de los demás hasta el punto de crear crispaciones en mi vida diaria. He aprendido a callar. A sonreír por pensar en una tontería y que os preguntéis qué será.

Echo de menos muchas cosas, muchas conversaciones, muchos ratos. Volverán, como todo en este eterno círculo. Mientras tanto, me conformo con echar la vista atrás y ver lo bonito de saber que a pesar de TODO, me encuentro en el mismo sitio. Soy la misma persona...y si no pasa nada, estaré. Estaré siempre que me necesites.

1 comentario:

  1. Viéndolas o venir, o siendo proactivo, no importa: NO CAMBIES NUNCA, solo evoluciona.

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