Ella mira la Luna desde su ventana.
Ella mira la Luna y piensa que nada ha cambiado, que sigue siendo la misma, aunque no sea la misma ventana. Ella le pregunta a la Luna por qué tiene la desfachatez de seguir en el mismo sitio, con el mismo color, cambiando de tamaño una y otra vez, para volver a llenarse finalmente; ella mira la Luna y ve un universo infinito que se expande y la rodea y se acuerda de un vestido blanco, un convite, no muchas personas y una vida silenciosa...a ella también la rodeó lo que ella consideraba su universo, pero ella hace tiempo que no es el universo de nadie. No, ella nunca necesitó ser tan importante como la Luna...ella sólo quería tener un lugar, irse para luego regresar, cambiar sin perder el origen, no perder su aspecto, no perder su esencia, la magia, lo que mueve el mar...como la Luna.
Ella lo mira a él, y mira la Luna.
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