La misma historia de siempre: echar de menos las cosas que sabes que no pueden ser ahora.
Añoro antiguos domingos. Salir por la mañana, llegar, ponerse un pantalón de chándal y subir a la cocinilla. Papá siempre mira el fuego contemplativo, llega a caérsele alguna lagrima incluso...pero no hay ningún "incendiario" como él, nunca se le apaga. Yo tendría que haber quemado un ABC entero para consegir algo. Después se pone de pie y comienza a pelar los ajos como si de todas formas lo pensado no tuviera solución.
Hoy comemos gachas.
A mamá le cuesta asumir que los domingos no se hace nada y sigue con su "mopa" para arriba y para abajo. Entre medias me llama unas 8741268410 veces para hacer cosas varias, y en el mínimo escaqueo, vuelvo a ponerme delante del fuego.
Se pone la tele. Las mañanas de los domingos suelen ser muy deportivas. Sé que a papá le dan igual los deportes, pero si viene alguien a casa los comenta, como el que más,supongo.
Viene gente. Hora de comer. Gachas y tocinete. Sin pan como antaño y con aceite hasta el codo...Mamá sube fruta, para los demás, porque sabe que papá y yo NUNCA tomamos poste.
Siesta de cocinilla...o simplemente mirar el fuego.
Parchís y bingo mientras papá lee el periódico.
Es domingo.
Hoy quiero un domingo así. Si los domingos me ponen nostálgica, éste ni te cuento.
http://www.youtube.com/watch?v=qkAHFOr406w
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