Todos sabemos que la vida es una continua decisión. Todos sabemos que en un 70% por ciento de los casos no nos gusta decidir.
Por incomodidad, porque queremos las dos cosas, por miedo... muchas son las razones que rodean a un ser humano. Y así tiene que ser para que nuestra vida se vaya perfilando por el sendero que queremos.
Y es en ese punto en el que hay decisiones de todos los tamaños: de algunas ni nos enteramos; otras se toman por instinto, y otras por teorías inútiles que nos inventamos sobre la marcha. Otras son más graves, más complicadas e incluso a veces alguien queda sin comprenderlas...
Y aquí estoy yo. Mirando al frente y sentada en el suelo. No pienso echar a andar otra vez hasta que todas mis decisiones estén bien atadas. No caminaré hasta que mi camino quede perfilado o lo suficiente nítido para saber hacia qué dirección quiero ir.
Madurez y valentía...
os necesito.
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