jueves, 18 de noviembre de 2010

Si vivir es un regalo y un presente...

Si la situación requiere esfuerzo, me esforzaré. Si la situación requiere paciencia, intentaré tenerla. Hoy… me alegro de todo lo que me va pasando. Vivo contenta, al día, como a mí me gusta. Porque pensar en lo que tiene que venir deja de tener importancia cuando ves que las cosas pueden cambiar en una décima de segundo. Porque comerse el tarro cuando algo va mal no vale la pena si Murphy se encuentra a tu lado (y lo mismo si te va bien). Disfruto de estos días en los que las clases se llenan de entretenimientos lo suficientemente absurdos como para querer vivirlos otra vez al día siguiente. Porque vengo a casa y tengo a las dos mejores personas que he conocido (sin contar a la tercera, porque queda tiempo y confianza para entrar en ese rango). Porque sé que cuando vuelva “a casa” alguien me esperará. Porque tengo mono de coche, mono de ti, mono de niñas en general. Y cuando los monos me hacen gracia siempre estás tú, que te ríes cuando yo me río y si alguien se ríe te acuerdas de mi risa.
Porque si de algo me caracterizo es de mi buena memoria…para bien o para mal; y nunca, nunca se me olvidará que pase lo que pase, queda toda una vida por delante para comer paella los domingos.
Porque al igual que en la peli de “Ahora o nunca” también tenemos una gran lista con cosas por hacer. Porque tenemos una cultura que mejorar y alguna que otra venganza que solventar. Porque a ti te duele el dedo y yo tengo un cardenal en el brazo. Pero sobre todo, no me canso de aprender contigo que, si hay ángeles que existen en nuestra vida es porque tienen la misma proporción de capacidad de sacar toda nuestra ira a la vez que estallar de la risa en el suelo.
Y así, con esta personalidad activa, viva y algo alterada que está caracterizando mis últimos días, me despido hasta mi nueva inspiración.

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