Hoy me
despertado más enamorada de ti de lo que es común en mí. Si se diera la
ocasión, hoy creo que no dudaría en decirte lo que siento realmente; de hecho,
creo que si en algún momento pasamos por uno de esos instantes de nostalgia y
recuerdos me confesaré a mí misma como única autora del delito que supone
haberle quitado pedazos a mi vida para dárselos a la tuya. Cualquier día de
estos vas a venir con la noticia de una convivencia, una boda y todos esos
momentos tan nuestros se van a terminar sin remedio, sin una oportunidad, un
homenaje, para recordar la de sonrisas y lágrimas que arrancaron. Por eso hoy
me declararía, en el sentido más medieval de la palabra. Creo que podría
reconocer abiertamente hoy que he pasado los últimos años creando un momento en
mi cabeza en el que de una forma u otra venías a buscarme, a decirme que es
conmigo con quien quieres compartir tu vida en realidad. Hoy soy feliz porque
te tengo de alguna manera, pero es posible que esto acabe pronto y sea, como he
dicho, de una forma bastante radical. Hoy diría lo que tantas otras veces no he
dicho porque sabía que la verdad sería demasiado dolorosa a mis oídos; hoy
dejaría que me rechazaras abiertamente como medio para empezar a olvidarte de
una vez, algo que tantas veces empecé a hacer y nunca quise lograr. No sé si he
sido mejor o peor amiga, acertando o metiendo la pata siempre he estado ahí:
siempre hemos estado ahí y casi no conozco otro modo de vida; me cuesta
imaginar días en los que no serás la primera persona con la que hablo por las
mañanas, la que plasma la luz en mi cara hasta bien entrada la noche. Hoy te
pondría en el compromiso de decirme que a la que quieres en verdad es a ella y
que yo sólo soy la amiga en la que siempre pudo confiar…y cuando me lo digas me
iré para siempre, en la pequeña felicidad que me dará la certeza de saber, que
en esos momentos estabas pensando en mí.
Qué ojo tengo.
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