Muy fan de toda búsqueda
de la verdad, pero más aún convencida de que la verdad vive en cada uno de
nosotros. Enfrentarse a ella o no…es otra historia.
No sé si pensar que las
verdades golpean últimamente más que de costumbre o pensar que las veo ahora
más que antes porque tengo más tiempo para pararme a pensar. No… yo no puedo arrojarme
al vacío. Aprendí a retenerme, sujetarme, irme o quedarme sin hacer ruido y
creo que ahora ya es tarde para dar un golpe en la mesa. O a lo mejor es cierto…nunca
es tarde y lo único que pasa es que sabemos que la verdad va a doler.
Estarás tan segura de que me has olvidado… una cosa está clara: las seguridades o inseguridades
no implican la verdad. La cualidad suprema debe de ser conformarse.
Una certeza me queda para
esta noche que se ha presentado llena de canciones: el mensaje de las letras se
clava, ya no sé bien si por los recuerdos o por esas cosas que no se dicen y
quedan suspendidas en el aire. La impotencia que da algunas veces levantarse y
pensar que no hay tiempo, ni distancias, ni sueños ni hechos que cambien la
verdad, mi verdad.
Fue un amor tan ciego que enseguida lo vi claro. La
claridad ciega, para qué negarlo.
¿Verdad o ceguera?
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